¿Tu gato no usa rascador? Cómo enseñarlo a que lo use.

Que tu gato no usa rascador es, probablemente, una de las 10 cosas más frustrantes de convivir con un felino. Te has gastado el dinero en una torre fantástica, la has puesto en el salón con toda tu ilusión… y tu gato la mira con la misma indiferencia que un vegano a un chuletón. Acto seguido, se va directo a esa esquina del sofá que ya parece un mapa de carreteras.

No te preocupes, no estás solo en esto. Es un problema más común de lo que crees.

El hecho de que un gato no usa rascador no significa que sea un «gato malo» o que te esté castigando. Simplemente, no hemos sabido presentarle el rascador en su idioma.

En Bitxos Veterinaris vemos esto a menudo, y la buena noticia es que tiene solución. Pero primero, hay que entender la mente de tu pequeño tigre doméstico.

¿Por qué demonios mi gato necesita rascar? (El ADN del arañazo)

Antes de solucionar el problema de un gato no usa rascador, hay que entender por qué rascar es tan vital para él como respirar. No lo hacen por fastidiar. Rascar es una necesidad básica felina con tres motivos principales:

    • Manicura y Mantenimiento: Al rascar, los gatos se desprenden de las fundas viejas de sus uñas. Es su forma de mantenerlas afiladas y sanas. Es como si tuvieran su propio centro de estética incorporado.
    • Marcaje Territorial (Nivel Pro): Este es el motivo principal. Los gatos tienen glándulas odoríferas en las almohadillas. Al rascar, dejan una señal visual (los arañazos) y una señal olfativa (sus feromonas) que básicamente grita: «ESTA CASA ES MÍA». Si tu gato no usa rascador, buscará otro sitio visible (como tu sofá) para poner su «bandera».
    • El Yoga Felino: ¿Te has fijado en cómo se estiran al rascar? Es un ejercicio brutal. Estiran toda la columna vertebral, los hombros y las patas. Es su sesión de stretching matutina, y la necesitan para desentumecerse y liberar estrés.

Entendido esto, si tu gato no usa rascador, es porque el rascador que tiene no cumple alguna de estas tres funciones mejor que tu sofá.

Mi gato no usa rascador: Los 5 errores que (quizás) estás cometiendo

Si te preguntas «por qué mi gato no usa rascador», la respuesta suele estar en un error de planteamiento nuestro, no de él. El mercado está lleno de rascadores monísimos que son terribles para los gatos. Revisa si caes en alguno de estos puntos:

1. El error de la ubicación: «En el trastero no, humano»

Este es el error número uno cuando un gato no usa rascador. Lo compramos y, como «es feo», lo escondemos en el lavadero, en un pasillo oscuro o en una habitación donde no moleste.

Error.

Como hemos dicho, rascar es marcar territorio. ¿Dónde quiere marcar? Donde pasa la vida. Donde estás tú, donde duerme, cerca de las zonas de paso. Si pones el rascador en Siberia, es normal que tu gato no usa rascador; prefiere ir al sofá, que está en el centro de la acción.

2. El error de la textura: «Esto no mola»

Los gatos son muy sibaritas con las texturas. La mayoría prefiere materiales donde puedan clavar las uñas a fondo, como el sisal (la cuerda) o el cartón corrugado.

Muchos rascadores «de diseño» vienen forrados de tela de alfombra o moqueta. ¿Problema? Es la misma textura que el propio sofá o la alfombra que no quieres que rasque. El gato no distingue. Para él, si puede rascar la torre de moqueta, ¿por qué no el sofá de tela? El sisal es siempre la apuesta ganadora.

3. El error de la estabilidad: «¡Que me caigo!»

Un gato no usa rascador si este se mueve. Piensa que el gato aplica toda su fuerza y peso al estirarse. Si la torre se tambalea, aunque sea un poco, el gato siente inseguridad y no volverá a usarla.

Es la razón por la que muchos rascadores de poste único y base pequeña fracasan. El gato prefiere tu sofá de 80 kilos, que no se va a mover ni con un terremoto. Un buen rascador debe ser pesado, firme y estable.

4. El error del tamaño: «Soy un gato, no un hámster»

Los gatos necesitan estirarse completamente. Si el rascador es vertical, debe ser más alto que tu gato estirado patas arriba. Si es demasiado bajo, no puede hacer su «yoga» cómodamente y lo descartará. Si tu gato no usa rascador vertical, puede que sea simplemente porque es demasiado bajito para él.

5. El error del sofá: «Esto es demasiado cómodo»

Si tu gato no usa rascador pero sí el sofá, es porque el sofá es, objetivamente, maravilloso para él. Es estable, tiene la textura perfecta (sobre todo las esquinas de tela trenzada) y está en el mejor sitio de la casa. Estamos compitiendo contra el objeto perfecto. Por eso, nuestro rascador tiene que ser mejor que el sofá.

Guía paso a paso para que tu gato ame el rascador

Vale, ya sabemos la teoría. Ahora vamos a la práctica. ¿Cómo revertimos la situación si ya tenemos un gato no usa rascador?

Paso 1: Reubicación estratégica

Mueve el rascador. ¡Ahora! Ponlo justo al lado del mueble que está destrozando. Sí, pegado al sofá. Ya sé que queda feo, pero es temporal. Necesitamos que el gato asocie el acto de rascar en esa zona con el objeto nuevo.

Si tu gato suele rascar al despertarse, pon otro rascador cerca de su cama.

Paso 2: El «soborno» con Catnip

El catnip (hierba gatera) es tu mejor aliado. A la mayoría de los gatos les provoca una sensación de euforia y atracción. Frota generosamente catnip seco por todo el poste de sisal. Esparce un poco en la base. Esto hará que el gato, al menos, se acerque a investigar, se frote contra él y deje su olor, que es el primer paso. Si tu gato no usa rascador, el catnip puede ser el empujón inicial.

Paso 3: Refuerzo positivo (¡Fiesta!)

JAMÁS regañes a tu gato por arañar el sofá. No lo entenderá. Solo conseguirás que te tenga miedo o que lo haga a escondidas.

En cambio, cuando veas que tu gato se acerca al rascador (aunque sea solo a olerlo), prémialo. Si clava las uñas, ¡fiesta! Dale un premio que le flipe, acarícialo, dile cosas bonitas. Tiene que asociar el rascador con algo maravilloso.

Paso 4: Juega en el rascador

No esperes que vaya solo. Coge su juguete favorito (un plumero, una caña) y juega con él alrededor del rascador. Pasa el plumero por el poste de sisal, anímale a «cazar» el juguete trepando por la torre. Al jugar, clavará las uñas instintivamente en el sisal para agarrarse. ¡Zas! Ya lo ha probado.

Paso 5: Haz el sofá MUY desagradable

Mientras hacemos el rascador atractivo, tenemos que hacer el sofá repulsivo. Tienes varias opciones:

    • Cinta adhesiva de doble cara: Los gatos ODIAN la sensación pegajosa en las patas. Ponla en las esquinas que araña.
    • Papel de aluminio: También odian el ruido y la textura.
    • Olores cítricos: Pulveriza un spray de limón o naranja (diluido en agua) en el sofá. Lo detestan. (Ojo, prueba primero en una zona no visible).
    • Repelentes específicos: Hay sprays con feromonas que repelen (nunca los uses en el rascador, solo en el sofá).

Mi gato no usa rascador: El Plan B de Bitxos

Has probado todo lo anterior y sigues teniendo un gato no usa rascador. Tranquilidad. Aún quedan ases en la manga.

Prueba otros formatos

Quizás a tu gato no le gusta rascar en vertical. Muchos gatos prefieren rascadores horizontales (como una alfombra de sisal o una tabla de cartón en el suelo). A otros les encantan los que son en rampa (diagonal).

Si tienes un gato no usa rascador vertical, prueba uno horizontal. A veces, es tan simple como eso.

Feromonas: El «chivato» de la calma

Existen productos (como Feliway) que imitan las feromonas faciales del gato, las que dejan cuando se frotan contigo. Rociar el rascador con un spray de feromonas de atracción (OJO, no el de calma ambiental) puede ayudar a que lo identifique como un «lugar seguro» y quiera marcarlo encima.
Diferentes tipos de rascadores para solucionar el problema de un gato no usa rascador, mostrando vertical de sisal y horizontal de cartón.
Si un gato no usa rascador puedes incitarlo a que lo use mediante el juego.

Preguntas frecuentes si tu gato no usa rascador

¿Por qué mi gato prefiere el sofá si tiene un rascador nuevo?
Probablemente por la ubicación (el sofá está mejor situado) o la estabilidad (el rascador nuevo se tambalea). Un gato no usa rascador nuevo si no es mejor que la opción «vieja confiable» (el sofá).
¿Qué hago si mi gato no usa rascador y sigue arañando todo?
Aplica las medidas disuasorias en los muebles (cinta de doble cara, cítricos) de forma constante, y al mismo tiempo, haz el rascador híper-atractivo (catnip, premios, juegos). Es una guerra de desgaste que ganarás tú.
¿Debo regañar a mi gato o usar un spray de agua?
No. Rotundamente no. El castigo solo genera estrés, y un gato estresado… rasca más. Si lo pillas «in fraganti», haz un ruido fuerte (una palmada) para distraerlo, y sin regañarle, cógelo y llévalo al rascador. Si allí rasca, prémialo.
¿El catnip es la única solución si mi gato no usa rascador?
No, es una ayuda. La solución real es una combinación de: ubicación + estabilidad + textura correcta + refuerzo positivo. El catnip es solo el turbo inicial.
¿Cuántos rascadores necesito tener en casa?
La regla de oro es: N+1. Un rascador por cada gato que tengas, más uno extra. Y deben estar en diferentes zonas (salón, dormitorio, zona de paso).
¿Cuándo debo cambiar el rascador de mi gato?
¡Nunca si lo está usando! Un rascador viejo, destrozado y lleno de jirones es una medalla de honor para tu gato. Está lleno de su olor y sus marcas. Si lo tiras, es un drama. Solo reemplázalo si la estructura se rompe y se vuelve inestable.
Mi gato no usa rascador vertical, ¿qué pruebo?
Prueba uno horizontal o de cartón. Algunos gatos simplemente prefieren rascar el «suelo». Colócalo en el suelo, cerca de donde suele rascar, y prémiale cuando lo use.

Tus muebles (y tu gato) se merecen la paz

Sabemos que tener un gato no usa rascador puede ser desesperante. Parece una batalla perdida. Pero créenos, con estos ajustes y un poco de paciencia, puedes reconducir la situación.

El objetivo es hacer que el rascador sea la opción más lógica, segura y placentera para él.

Si has probado todo esto y tu gato no usa rascador de forma compulsiva, o si el comportamiento de rascado es excesivo y va acompañado de otros signos (como marcaje con orina o agresividad), podría haber un problema de estrés de fondo.

En esos casos, el rascado es solo la punta del iceberg. Si vives por Alella o El Maresme, no dudes en pedir cita para encontrar juntos la solución.

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